Cada día, empresas de todo el mundo crean, procesan y comparten cantidades ingentes de datos.
Todos estos datos empresariales, que antes se almacenaban localmente en equipos internos y se gestionaban de forma independiente, ahora se almacenan a través de proveedores como Amazon, Microsoft, Google o Telefónica, gracias a la prevalencia de la computación en la nube.
El siguiente paso en el rompecabezas de la conectividad viene en forma de computación en el borde, Edge Computing. Un proceso en el que están apareciendo servicios de cloud computing en el mismo borde de la red, que suministran capacidades informáticas para permitir un mayor rendimiento y una menor latencia.
Como resultado, se espera que el Edge Computing sea el centro de atención en los próximos años, con un negocio global estimado de 33.700 millones de dólares en 2025 según Analysys Mason.
Está claro que las empresas de telecomunicaciones tienen un papel clave facilitando la prestación de dichos servicios desde las mismas ubicaciones en las que aloja la red y poder así ofrecer una verdadera experiencia de Edge Computing.