De la sospecha a la confianza: el viaje real hacia un mejor Gobierno del Dato
Hace unos días, en una mesa redonda sobre Gobierno del Dato, un asistente lanzó una pregunta que se quedó rondando en mi cabeza: "¿Qué puedo hacer con la resistencia de mis compañeros cuando intento aplicar políticas de gobierno y calidad? Siento que en la oficina me odian" Esa reflexión fue la principal motivación para escribir este post. Porque, más allá de los procesos, el mayor reto al implantar Gobierno del Dato pueden no ser los datos en sí, si no cómo ayudar a las personas que trabajan con ellos. "Desde que empecé con el Gobierno del Dato, en la oficina me ven como el villano de la película. No llevo antifaz ni un plan malvado, pero cada vez que pido que se validen los datos, alguien suspira. Cada vez que cuestiono la fuente de una cifra, alguien frunce el ceño. Y cuando digo que un informe tiene inconsistencias… bueno, mejor no hablar de eso." La realidad es que existe un riesgo de que implantar Gobierno del Dato no te convierta en el más popular del equipo, o entre las áreas. Esto puede ser lógico ya que, durante años, las cosas han funcionado "a su manera". Se han tomado decisiones basadas en datos con calidad dudosa, se han creado reportes sin trazabilidad y, de repente, alguien llega y dice que eso debe cambiar. El problema es que, en la mayoría de los casos, que las cosas funcionen “a su manera” no es gratis. Se traduce en errores en la toma de decisiones, en pérdida de tiempo y dinero y, en el peor de los casos, incluso problemas legales, tal y como estamos viendo con las nuevas leyes de IA (AI Act), entre otras. Pero eso puede no verse hasta que ya es demasiado tarde. Entonces, cómo evitamos el terror a la pregunta: ¿de dónde salió ese dato? ¿Por qué parece que cada esfuerzo por organizar la información y mejorar la calidad puede convertirnos en el enemigo número uno? Voy a compartir lo que he aprendido en este proceso y cómo, desde Telefónica Tech, hemos logrado —o al menos intentamos en nuestro día a día— que el Gobierno del Dato no sea sinónimo de 'corta rollos', si no el que construye atajos eficientes para todos. 1. El problema no es el dato, es el cambio En realidad, lo que muchas personas sienten no es molestia por nuevas ideas o por los propios datos. Es miedo. Miedo a que alguien ponga en duda su trabajo. Miedo a no saber cómo justificar lo que llevan años haciendo. Miedo a que el cambio revele grietas que nadie quiere ver. Y ahí es donde el rechazo puede aparecer. No por el dato. Sino por el cambio que implica revisarlo. Cuestionarlo. Corregirlo. Pero en medio de esa incomodidad, hay una oportunidad enorme. Porque cuando alguien se siente escuchado, acompañado y parte de la solución, no el problema, el cambio deja de ser una amenaza y empieza a ser una evolución. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo pasamos de la reticencia al impulso? La respuesta puede estar en cómo hacemos sentir a quienes están frente al cambio. La Oficina de Gobierno del Dato existe para ayudar a mejorar lo que ya existe, no para juzgarlo, construyendo y no señalando. 2. Hay que vender la idea, no imponerla Cuando empezaste a hablar de Gobierno del Dato, quizá imaginaste que todos verían su valor de inmediato. Más control y seguridad, más calidad e información y, por tanto, mejores decisiones. ¿Hay en estos puntos algo negativo? Pero a veces, cabe la posibilidad de que la realidad sea otra. No era que no quisieran más información sobre sus datos y procesos. Es que sentían que les estabas añadiendo peso. Nuevos procesos, nuevas validaciones, nuevos reportes... en su mundo ya saturado, sonaba más a una carga extra, que a una solución de la que pudieran resultar beneficiados. Y ahí está el error que muchos cometemos: tratar de imponer el cambio como una obligación lógica, cuando el cambio, para ser real, tiene que ser una elección emocional cuya participación y compromiso tienda a ser común. La clave no está en dictar normas. Está en mostrar beneficios. No en exigir controles. Sino en contar historias: cómo evitaron una crisis por detectar un error a tiempo, cómo un cliente se salvó de una mala decisión gracias a datos limpios, cómo un proceso se hizo más rápido cuando los datos fueron fiables desde el principio gracias a ese esfuerzo extra. Cuando vendes el Gobierno del Dato como una herramienta que quita peso en lugar de añadirlo, el discurso cambia. Pasa de estar impuesto a ser conveniente. Y en ese pequeño giro de percepción, se juega toda la diferencia entre generar un rechazo en las áreas y compañeros o sembrar un cambio duradero. ¿Y si empezáramos a contar más victorias en vez de abrumar con un gran número de reglas? 3. Cuando todo es urgente, nada es importante En nuestra experiencia desde la Oficina de Gobierno del Dato, aprendimos algo esencial: no basta con saber que el Gobierno del Dato es necesario. Lo que realmente marca la diferencia es cómo lo introduces en la organización. Por lo que la metodología de trabajo cobra una gran importancia. Al principio, puede ser normal que las iniciativas de gobernanza se perciban como un obstáculo. El problema no está en el dato en sí: si no en los cambios y nuevos esfuerzos que pueden conllevar. Por eso es importante implementar una metodología que no nace de la teoría, sino de la práctica. Una metodología probada, que respeta el ritmo de las personas, anticipa las resistencias y transforma poco a poco la percepción inicial. No imponemos reglas → Construimos confianza. No forzamos procesos → Mostramos beneficios reales. Esto podría resumirse en tres principios básicos: Entender que el cambio es emocional antes que técnico. Desde la Oficina de Gobierno trabajamos en equipo, y damos visibilidad a los logros conseguidos con las áreas. Demostrar, a través de resultados visibles, cómo el Gobierno del Dato facilita la vida diaria en vez de complicarla. Cada fase de implantación está pensada para generar pequeñas victorias, rápidas y tangibles, que las personas puedan experimentar. Esto facilita que las personas se sientan cada vez más involucradas y motivadas en el proceso de cambio. Porque cuando el Gobierno del Dato se vive como un aliado es cuando los verdaderos beneficios empiezan a enraizarse en la cultura de la organización. Y ahí es donde la metodología que utilicemos demuestra su verdadero valor: no solo transforma datos. Transforma la forma en que las personas trabajan, deciden y confían. IA & Data Gobierno del Dato: un gran aliado para poner límites a la Inteligencia Artificial 31 de octubre de 2023
20 de mayo de 2025