Retos y soluciones en la integración de tecnologías industriales
Cada vez más empresas industriales apuestan por la transformación digital. No obstante, es una decisión que requiere de un análisis retrospectivo para determinar en qué punto se encuentran. En un contexto global que, apuesta por democratizar la tecnología, es imprescindible acometer una estrategia clara que nos ayude a liderar el cambio a corto, medio y largo plazo. No como una opción, sino como una necesidad estratégica para la compañía. Esa transformación se basa en conectar a las personas, las máquinas y los sistemas. Ayudando a tomar decisiones más inteligentes, rápidas y automatizadas. Pero, la realidad es que integrar nuevas soluciones tecnológicas en un ecosistema industrial existente es un desafío en sí mismo. Integrar tecnología en una planta industrial no es como enchufar una impresora nueva y ya empezar a funcionar. Son entornos que llevan funcionando con el mismo ecosistema muchos años y que los cambios tecnológicos que se han incorporado han sido de manera reactiva. Un sistema de trazabilidad aquí, una solución de mantenimiento allá, sensores conectados solo en una línea concreta… Es importante que tengamos una visión centralizada con la estrategia de la compañía. Lo hemos visto muchas veces que la incorporación de soluciones digitales puede terminar generando más complejidad que valor. Incluso abogamos por que la tecnología resuelva problemas estructurales sin tener un nivel alto de madurez organizativa. ■ El 70% de los proyectos de transformación digital industrial fallan en alcanzar sus objetivos, principalmente por falta de alineación organizacional, según McKinsey. Veamos ahora los retos más comunes que nos encontramos en nuestros clientes: 1. Integración con sistemas heredados (legacy) La coexistencia entre sistemas nuevos y tecnologías antiguas. Muchas plantas industriales aún operan con soluciones desarrolladas hace más de una década, que no fueron concebidas para conectarse con entornos digitales. Esto es un problema ya que falta de interoperabilidad, datos inaccesibles o bloqueados en silos, y una alta dependencia de desarrollos a medida que dificultan la escalabilidad. 2. Falta de alineación entre IT/OT Otro obstáculo habitual es la desconexión entre el mundo de operaciones (OT) y el de tecnologías de la información (IT). Mientras el primero prioriza la continuidad y la disponibilidad de los procesos, el segundo suele enfocarse en la seguridad, la escalabilidad y la integración de datos. Superar esta barrera exige establecer un lenguaje común, promover equipos multidisciplinares y definir desde el inicio un plan de gobernanza tecnológica que tenga en cuenta ambos mundos. 3. Resistencia al cambio La tecnología por sí sola no transforma. Sin la implicación activa de las personas, cualquier proyecto de digitalización está condenado a enfrentarse a resistencias internas. Las personas no tienen miedo al cambio, tienen miedo a lo desconocido. Apostar por la formación continua, involucrar a los equipos desde las fases iniciales del proyecto y comunicar claramente los beneficios que traerá la digitalización para todos los niveles de la organización. En otras palabras, rehumanizar la transformación tecnológica como punto esencial. 4. Conectividad y Ciberseguridad industrial A medida que las fábricas se vuelven más conectadas, también aumentan las superficies de exposición a ciberataques. No se trata solo de proteger los datos, sino también los activos físicos y la continuidad de la producción. 5. Datos sin contexto y proyectos sin propósito Muchas iniciativas fallan no por una mala tecnología, sino por la ausencia de un objetivo claro. Digitalizar por digitalizar solo genera frustración. Identificar un caso de uso prioritario, como la trazabilidad, la eficiencia energética o la mejora de la calidad, y construir el proyecto en torno a ese objetivo. Es fundamental empezar por el 'para qué', no por el 'cómo'. ¿Cómo superar estos retos? Por todo lo anterior, es indispensable: Apostar por consultorías de transformación digital industrial, que parten del diagnóstico y priorizan los casos de uso según su impacto. Con una estrategia que permita diseñar hojas de ruta tecnológicas por fases, priorizando quick wins que puedan escalarse. Rehuir de la improvisación y los cambios reactivos que solo piensan en un recorrido a corto plazo en entornos aislados. El verdadero valor no está en hacer una prueba de esa tecnología que nos parece interesante, sino en convertir los pilotos en modelos replicables. La clave está en diseñar desde el principio con visión de escalabilidad y retorno de inversión. Es imprescindible que Dirección General deje atrás la visión de la tecnología como un 'coste'. Como decíamos, hay que ir integrándolo como un eje central del negocio, alineando las inversiones digitales con los objetivos estratégicos de la empresa. Y dejando la tecnología en un segundo plano, lo obsesión de las empresas tendría que ser la búsqueda partners tecnológicos que trabajen como socios, capaces de acompañar en el tiempo, con visión integral y foco en la mejora continua. Si siempre haces lo mismo, siempre obtendrás los mismos resultados. Conectividad e IoT IA & Data Guía práctica para la digitalización de la industria 4 de octubre de 2023
1 de octubre de 2025