El 2020 generó una reflexión profunda en el Ayuntamiento de Lalín sobre la necesidad de reforzar la seguridad digital. Esta crisis evidenció que no solo era fundamental proteger la infraestructura, sino también asegurar la integridad y privacidad de los datos de los ciudadanos.
En este contexto, el cliente comprendió que el ENS y RGPD no eran solo obligaciones legales, sino herramientas clave para establecer un marco sólido de protección. Estos marcos no solo permiten cumplir con las normativas vigentes, sino que son fundamentales para garantizar la seguridad de los datos sensibles y la continuidad de los servicios municipales. Adoptar estas prácticas mejoró la resiliencia digital del Ayuntamiento, asegurando un entorno más seguro y confiable para los ciudadanos y la gestión de servicios públicos.