Cómo las soluciones DRP (Digital Risk Protection) defienden tu negocio de las ciberamenazas
Hace tiempo que la transformación digital pasó de ocupar titulares de noticias futuristas a ser una realidad. En el ecosistema empresarial actual la digitalización de las operaciones es imprescindible en prácticamente todas las organizaciones por los beneficios que conlleva:ampliar su llegada a un mayor número de clientes, mejorar la satisfacción, optimizar los procesos, reducir costes… No solo para las propias empresas, también para sus clientes, empleados o proveedores. Pero la comodidad y la eficiencia propias de moverse en este plano digital trae consigo otras consecuencias menos deseables como el aumento exponencial de los activos digitales y, sobre todo, su exposición a los riesgos digitales. En este contexto, cobra especial relevancia el concepto Digital Risk Protection (comúnmente conocido como DRP, por sus siglas en inglés) que ayuda a las empresas a conocer y proteger sus activos digitales sin necesidad de profundos conocimientos técnicos. Pero, ¿qué son los riesgos digitales y por qué son importantes? Empecemos por el principio: ¿qué son los riesgos digitales? Podemos definirlos como los potenciales daños o el impacto negativo que se derivan de la dependencia cada vez mayor de herramientas digitales. Las empresas ya están acostumbradas a enfrentarse a riesgos tradicionales como los peligros físicos (fuegos, desastres naturales, accidentes) o disrupciones en su cadena de suministro. Estos riesgos son tangibles; tienen un impacto localizado (por ejemplo, un incendio en una oficina o una manifestación a la entrada de un almacén); y son bien conocidos, lo cual permite establecer procedimientos (medidas de seguridad física, protocolos de seguridad, planes de recuperación en caso de catástrofe) y contar con seguros para mitigarlos. Por el contrario, los riesgos digitales son de naturaleza cambiante, al estar las tecnologías en constante desarrollo; pueden afectar a las operaciones, la reputación y los clientes de una empresa en todo el mundo; por su complejidad, los seguros no siempre cubren las consecuencias financieras o reputacionales (aunque esto también es algo que avanza a pasos agigantados); la mitigación requiere medidas especializadas, como puedan ser las actualizaciones regulares de software, la eliminación del contenido fraudulento o que no debiera estar accesible desde Internet, la concienciación de empleados, los sistemas de detección de intrusiones o los planes de respuesta a incidentes. Las empresas deben ser capaces de gestionar eficazmente tanto los riesgos tradicionales como los digitales para garantizar su resiliencia y continuidad, pero, debido a sus características, requieren enfoques y conocimientos diferentes. Digital Risk Protection: Más vale prevenir que curar Este podría ser el lema de todo servicio de Digital Risk Protection, ya que su finalidad principal es actuar como un escudo con el que proteger la huella digital de una empresa frente a los riesgos digitales. Estos riesgos digitales pueden abarcar una amplia gama de amenazas, como, por ejemplo: Fugas de datos: la exposición de información sensible puede darse de manera deliberada (exfiltración tras un ataque ransomware, ataque hacktivista, insider) o fortuita (descuidos, fallos de seguridad). En cualquier caso, las fugas de datos suponen un verdadero quebradero de cabeza y exponen a las empresas a importantes problemas financieros y reputacionales. Abuso de marca: el uso no autorizado de la marca, el logo o cualquier otro elemento de la propiedad intelectual de una empresa con la finalidad de llevar a cabo estafas dirigidas a sus clientes o proveedores mediante la suplantación de identidad en redes sociales, páginas web, correos electrónicos u otros medios, que puedan tener un impacto en la imagen de marca y la reputación corporativa. Ciberataques: intentos deliberados de comprometer la seguridad de los sistemas, obtener acceso no autorizado, robar datos confidenciales, interrumpir las operaciones u otros fines maliciosos, a través de malware, phishing o ataques para explotar vulnerabilidades. Como vemos con estos ejemplos, las amenazas pueden tener a su vez impacto en diversos planos: Financiero: el informe anual de IBM sobre el coste de una fuga de datos, lo cifra ya en una media de 4,45 millones de dólares, representando un incremento del 15% en los últimos tres años. Pero no es el único ejemplo de impacto financiero: la pérdida de fondos por transacciones fraudulentas; el pago de multas por incumplimiento normativo o de penalizaciones por incumplimiento de compromisos; la reducción de negocio por la paralización de la actividad; el pago de rescates para recuperar el acceso a datos tras un ataque ransomware o la compra de datos exfiltrados, que, aunque no sean prácticas recomendables, pueden darse en momentos de desesperación. Legal: la presión regulatoria es cada vez mayor con importantes sanciones en caso de incumplimiento. La cadena hotelera Marriot se vio afectada por una fuga de datos que le supuso una sanción de 99 millones de libras esterlinas por las autoridades de Reino Unido. Operativo: la caída de sistemas o la pérdida de acceso a datos pueden resultar en una disrupción de la actividad normal de una compañía. Un claro ejemplo fue el ciberataque que sufrió la empresa Colonial Pipeline, que paralizó sus operaciones durante seis días y provocó una escasez generalizada de combustible en el sureste de Estados Unidos. Reputacional: en general, los incidentes de seguridad tienen un impacto negativo en la percepción de una compañía, resultando en ocasiones en la pérdida de confianza de sus socios o clientes y en un escrutinio mayor por parte de las entidades regulatorias. También pueden llegar a afectar al valor de mercado de las empresas cotizadas, como ocurrió en el caso de SolarWinds, cuyas acciones llegaron a perder más de un 20% de su valor la semana siguiente a la revelación del ataque. Cómo funciona un servicio de Digital Risk Protection Teniendo clara la foto del nivel de afectación que pueden conllevar los riesgos digitales, es importante contar con un servicio de Digital Risk Protection que nos ayude a gestionarlos adecuadamente. Para saber qué servicio nos conviene, vamos a ayudarte a identificar las características que debes buscar: Identificación de activos: como comentábamos al inicio del post, el aumento exponencial de los activos hace que en ocasiones sea complicado para una empresa tener un mapa de su huella digital. Por eso, el primer punto de un buen servicio de DRP debe ser la capacidad de hacer un levantamiento de estos activos. Monitorización: basándose en ese inventario de activos se realiza entonces una monitorización en todas las fuentes en busca de menciones o contenido que esté relacionado con esos activos y pueda suponer una amenaza para la compañía. En este punto, lo importante es contar con una amplia gama de fuentes que se mantenga siempre actualizada, ya que, por la naturaleza de la actividad de los ciberdelincuentes, las fuentes son muy cambiantes. Alertas: cuando se localiza alguna actividad o contenido sospechosos, es crucial informar al cliente de ello para que pueda tomar las medidas adecuadas. Para ello, se generan alertas en tiempo real con toda la información de contexto disponible e indicaciones sobre las acciones a tomar. Respuesta: por último, es vital que el servicio cuente con un equipo especializado y capacidades de respuesta para mitigar el impacto de las amenazas. Y, sobre todo, todos estos puntos deben darse de manera continua. En qué te puede ayudar contar con un servicio de DRP Podríamos enumerar un amplio listado de beneficios, pero simplemente destacaremos algunos de los principales: Identificar gaps en la seguridad: es complicado proteger lo que no conocemos. Identificar activos expuestos ayuda a minimizar los ataques exitosos al reducir la superficie de ataque. Proteger la marca y la reputación online: la monitorización continua de los canales relacionados con tu sector o donde tu empresa tiene presencia, pueden ayudar a prevenir y a identificar amenazas que dañen la reputación de tu compañía. Mitigar ciberataques: los hallazgos de un servicio de DRP permiten informar a otros equipos para tomar las medidas oportunas y bloquear el acceso a sistemas o recursos que puedan ser vulnerables, evitando así incidentes de seguridad. Reducir los costes: además de evitarnos las consecuencias de carácter financiero que hemos visto anteriormente, contar con un servicio externalizado nos permite ahorrar en la contratación de perfiles para los que hay mucha demanda y poca oferta. Cumplir con requisitos normativos: uno de los principales activos de las empresas es la información (de su negocio, sus clientes, sus proveedores…). Un servicio de DRP ayuda a proteger esta información y monitoriza de manera continua para identificar potenciales riesgos que afecten al cumplimiento normativo. Mejorar la postura de seguridad y la resiliencia: en última instancia, todas las acciones que realiza un servicio de DRP van encaminadas a proteger los activos digitales y la información, lo cual fortalece la postura de seguridad y mejora la resiliencia de las empresas. Y cómo puede ayudarte Telefónica Tech Afortunadamente, no es necesario contar con las capacidades internamente ni tener conocimientos técnicos avanzados para gestionar adecuadamente los riesgos digitales. Simplemente hay que contar con un socio de confianza con una oferta adaptada a tu nivel de madurez y tus requisitos. En Telefónica Tech contamos con los profesionales y la experiencia para ser tu socio de confianza. Dentro de nuestro porfolio de servicios NextDefense, nuestro servicio Digital Risk Protection cumple con las características que hemos comentado en este post: te ayudamos a identificar tus activos, tenemos acceso a una amplia gama de fuentes (internas, web abierta, deep y dark web, propietarias gracias a nuestro ecosistema de partners) que monitorizamos de manera continua, nuestro equipo de analistas detecta aquellas cuestiones que puedan afectar negativamente a tu negocio, las analiza tanto manualmente como con ayuda de avanzadas técnicas de IA y ML, las contextualiza y te reportamos solo aquellas que puedan suponer una amenaza para ti, reduciendo el ruido y permitiendo que enfoques tus recursos donde de verdad importan y, por último, nuestro equipo especializado en prevención del fraude trabaja en la mitigación y la retirada de las amenazas que te afecten. De esta manera, cubrimos de forma integral (end-to-end) los riesgos digitales con un servicio que se adapta a tus necesidades y que tiene un modelo de costes predecible y flexible, que escala con tu negocio. Cyber Security Estrategias de Ciberseguridad para proteger el sector financiero 10 de octubre de 2023
6 de noviembre de 2023