Riesgo de cuartas y enésimas partes

11 de septiembre de 2024

Contexto situacional del riesgo de cuartas partes

El ecosistema empresarial converge ante una realidad latente y compleja debido a la hiperconectividad en el día de hoy, donde la gestión de riesgos se extiende abarcando terceras, cuartas y enésimas partes; siendo la piedra angular de la resiliencia corporativa.

Muchas organizaciones enfocan sus esfuerzos en proteger sus propios sistemas, infraestructura y arquitectura tecnológica y cibernética. Pero la realidad es que el verdadero riesgo a menudo reside en entornos de nuestra superficie de ataque y de exposición cibernética que es invisible y no monitoreada; pero, además, en muchas ocasiones aunque se tenga visibilidad no se cuenta con el control total de aplicar acciones que minimicen la exposición.

Una sola vulnerabilidad en un proveedor puede exponer a toda la su organización a consecuencias catastróficas.

Gestión de riesgos en la cadena de suministro

¿Eres consciente de hasta qué punto tus proveedores están integrados en tus operaciones? ¿Has considerado los efectos en cascada ante una disrupción cibernética en uno de los sistemas de tus proveedores? ¿Sabías que los efectos pueden ser igual u opuestos en proporción?

A medida que profundizamos en las complejidades de la gestión de riesgos, queda claro que salvaguardar tu organización exige un enfoque holístico, que evalúe y mitigue rigurosamente los riesgos en toda la cadena de suministro. También que tenga en cuenta que es probable que los proveedores estén llevando actividades críticas a otros proveedores.

Todo es parte transversal de las operaciones. Así como nosotros queremos eficientizar costes y mejorar nuestra gestión, también lo quieren los proveedores. Sin embargo, los contratos de nuestros proveedores con terceros introducen riesgos operativos, legales, estratégicos, financieros, de ciberseguridad y de cumplimiento que son adicionales para tu empresa.

Una brecha puede desencadenar una cascada de multas reglamentarias, dañar la confianza de los clientes y provocar pérdidas financieras significativas.

Antes de conocer algunos detalles, es importante considerar que la gestión de proveedores incluye tanto a los proveedores de nuestros proveedores como a aquellos que subcontratan servicios sin nuestro control ni visibilidad.

Esta vasta, intrincada y compleja red de relaciones comerciales interrelacionadas representa una gran amenaza. La falta de conciencia de los riesgos que existen dentro de esta red deja vulnerable a tu organización.

¿Qué es la Gestión de Riesgos de Cuartas Partes (FPRM)?

La Gestión de Riesgos de Cuartas Partes (Fourth Party Risk Management o FPRM, en inglés) es el proceso que implica identificar, evaluar y reducir los riesgos de ciberseguridad presentados por los proveedores de sus proveedores de terceros. A medida que la transformación digital difumina las líneas entre los ecosistemas de TI, cualquiera de sus proveedores podría transformarse en un punto crítico de vulnerabilidad y en un potencial riesgo sistémico de ciberseguridad.

A pesar de la concienciación en torno a los riesgos de terceros, a menudo se pasan por alto los riesgos de cuarta parte. Esta negligencia crea vulnerabilidades porque las organizaciones pueden no ser plenamente conscientes o no gestionar las prácticas de seguridad de sus proveedores de terceros.

Esta gestión de riesgos es esencial porque aborda las vulnerabilidades que a menudo se pasan por alto y que pueden surgir de la extensa red de proveedores externos de una organización. Más aún cuando esta se asocia con un tercero, confía implícitamente en las medidas de seguridad de esa entidad. Sin embargo, el tercero puede depender de otros proveedores “cuartos” para sus operaciones.

Cumplimiento normativo y privacidad de los datos

Además, las leyes de cumplimiento normativo y privacidad de datos son cada vez más estrictas, lo que exige que las organizaciones garanticen una seguridad sólida en toda su cadena de suministro. Si no se gestionan los riesgos de terceros, pueden producirse sanciones normativas, responsabilidades legales y daños a la reputación.

Mediante la implantación de un programa integral de gestión de riesgos de cuarta parte, las organizaciones pueden obtener una mejor visibilidad de toda su cadena de suministro, identificar posibles vulnerabilidades y aplicar normas de seguridad estrictas en todos los niveles de su red de proveedores. Este enfoque proactivo no sólo refuerza la postura global de seguridad de la organización, sino que también ayuda a mantener el cumplimiento y a generar confianza con los clientes y las partes interesadas.

Gestión de riesgos de terceras y cuartas partes

La Gestión de Riesgos de Terceros (TPRM, Third Party Risk Management) se centra en identificar, evaluar y mitigar los riesgos asociados a terceros vendedores, proveedores o prestadores de servicios con los que una empresa se relaciona directamente. El objetivo principal es garantizar que estas entidades externas cumplen los requisitos normativos, respetan las obligaciones contractuales y no introducen vulnerabilidades en las operaciones de la empresa.

Desde esta gestión TRPM implica actividades como la diligencia debida, la supervisión periódica, las auditorías y la implantación de controles para gestionar los riesgos relacionados con la seguridad de los datos, la estabilidad financiera y el rendimiento operativo de terceros.

En cambio, la Gestión de Cuartas Partes (FPRM) amplía esta supervisión a los propios subcontratistas o proveedores de servicios de las terceras partes, gestionando eficazmente los riesgos introducidos por la cadena de suministro ampliada. Estas cuartas partes, aunque no hayan sido contratadas directamente por la empresa principal, pueden afectar significativamente a sus operaciones y a su perfil de riesgo.

La influencia de la geopolítica y la ciberdiplomacia en la gestión del riesgo de cuartas partes

La geopolítica y la ciberdiplomacia forman parte integrante de la gestión de los riesgos transfronterizos y transnacionales de cuartas partes, ya que configuran los entornos normativos, influyen en la cooperación internacional en materia de ciberseguridad y afectan a las actividades de los actores de las ciberamenazas.

Al navegar por las complejidades geopolíticas, participar en los esfuerzos de la ciberdiplomacia y mantenerse informadas sobre el panorama mundial de las ciberamenazas, las organizaciones pueden mejorar su resistencia frente a los ciberriesgos transnacionales. Este enfoque global es esencial para salvaguardar la seguridad y la integridad de sus cadenas de suministro ampliadas en un entorno global interconectado y dinámico.

Los riesgos de cuarta parte son especialmente insidiosos porque a menudo se encuentran a varios niveles de distancia de su control directo. Estos riesgos se originan en los proveedores de sus proveedores, entidades con las que es posible que no tenga comunicación directa ni supervisión. Esta complejidad crea un escenario en el que las medidas de seguridad de un proveedor aparentemente distante pueden afectar directamente a la postura de seguridad de su organización.

Mitigar los riesgos de cuarta parte

Para mitigar los riesgos de cuarta parte, las organizaciones deben implementar medidas tanto proactivas como reactivas. De forma proactiva, esto implica procesos de investigación rigurosos para los proveedores externos, exigiendo que revelen sus propias prácticas y medidas de seguridad de la cadena de suministro.

El monitoreo continuo y las auditorías periódicas de estas prácticas garantizan que sus proveedores mantienen los más altos estándares de seguridad.

Las medidas reactivas son igualmente importantes. Es esencial desarrollar un plan de respuesta sólido a incidentes que incluya protocolos para violaciones de terceros y cuartos. Este plan debe esbozar canales de comunicación claros, pasos para mitigar los daños y procedimientos para notificar a las partes interesadas y a los organismos reguladores.

Un sólido plan de respuesta a incidentes debe incluir protocolos para violaciones de seguridad de terceras y cuartas partes.

Conclusión

A medida que evoluciona el panorama de las ciberamenazas también deben hacerlo las prácticas de gestión de riesgos. Las tendencias futuras indican un énfasis creciente en las estrategias de defensa colaborativas, en las que las industrias trabajan juntas para compartir inteligencia sobre amenazas y mejores prácticas.

Además, los requisitos normativos son cada vez más estrictos, lo que exige una mayor transparencia y responsabilidad por parte de las organizaciones en lo que respecta a las medidas de seguridad de su cadena de suministro.

Cómo las soluciones DRP (Digital Risk Protection) defienden tu negocio de las ciberamenazas

Imagen: Drazen Zigic / Freepik.