Mediante el uso de dispositivos conectados e imágenes satelitales se recopilan datos que permiten tomar mejores decisiones agronómicas con el fin de mejorar la productividad y optimizar el uso de los recursos, permitiendo ahorrar costes.
La incorporación de la tecnología en el sector primario facilita la toma de decisiones basadas en el análisis de datos, como información del suelo, clima o bienestar animal. Además, es posible la identificación de tendencias para actuar anticipadamente ante eventos perjudiciales como clima adverso, plagas en cultivo o ciertos comportamientos en las ganaderías. Todo ello contribuye a una gestión más eficiente y sostenible de las explotaciones agropecuarias, incrementando la competitividad de las mismas.