Impulsando la sostenibilidad en los destinos turísticos
El turismo global se ha recuperado rápidamente tras la pandemia y la Organización Mundial del Turismo (OMT) espera que en 2024 pueda incluso superar ligeramente los niveles prepandemia. De hecho, España ya lo consiguió en 2023, registrando un total de 85 millones de turistas internacionales, un 1,9% por encima de los niveles de 2019.
El turismo sigue y seguirá claramente en aumento y continuará desarrollando un papel esencial en la economía global, generando empleo y aportando valor a la riqueza nacional. En 2023, el sector supuso en España, uno de los países más visitados del mundo, un 12,8% del PIB, marcando un record histórico.
Esto es sin duda una buena noticia, sin perder de vista la importancia de controlar el impacto de la contaminación asociada al turismo, que es responsable del 8% de las emisiones de gas invernadero vinculadas al cambio climático.
Un turismo sostenible es responsabilidad de todos
Por eso es deber de todos promover un turismo sostenible y responsable que permita disminuir el impacto de la actividad turística en el medioambiente. O lo que es lo mismo, que proteja el patrimonio natural y cultural, conserve la biodiversidad, genere modelos de vida sostenibles y mejore el bienestar de las personas.
Para ello la tecnología aporta soluciones que ayudan a las autoridades a llevar a cabo dicha planificación, partiendo de información y pudiendo conocer el impacto de las medidas que se adoptan.
Las ciudades pueden aprovechar las soluciones digitales para fomentar un turismo responsable y conservar su patrimonio.
Tecnología al servicio del turismo sostenible
Para ilustrar mejor cómo la tecnología puede ser nuestra aliada en el desarrollo de destinos turísticos sostenibles, centrémonos en tres aspectos muy concretos que podemos abordar para promover un turismo más responsable: la gestión de la movilidad, el respeto de la biodiversidad y la protección del patrimonio cultural.
En España, muchas ciudades multiplican en verano su población, poniendo en jaque unos servicios e infraestructuras que durante el resto del año dan servicio a un número de habitantes mucho más pequeño.
En los meses de julio y agosto la movilidad en algunas localidades se vuelve muy compplicada, colapsando calles en torno a playas, restaurantes y lugares de ocio, por la imposibilidad de encontrar un aparcamiento.
Soluciones basadas en sensores inteligentes
Es por ello, que algunas poblaciones se deciden a instalar sensores inalámbricos, ya sean en el suelo o mediante cámaras en altura, que permiten ofrecer a los usuarios información sobre disponibilidad de plazas y direccionar el tráfico para evitar las indeseables consecuencias relacionadas con la contaminación y la insatisfacción de los visitantes.
Estos sensores envían información en tiempo real a una plataforma sobre la disponibilidad de las plazas de manera muy detallada, con porcentajes y tiempos de ocupación, etc… permitiendo también la toma de decisiones al disponer de datos históricos.
Además, con la instalación de dispositivos de medición de calidad del aire y ruido se puede llegar a hacer un seguimiento de la evolución de los parámetros medioambientales, para guiar a los gestores hacia la toma de determinadas decisiones.
La instalación de estos dispositivos permite no solamente monitorizar los parámetros para informarlos a los ciudadanos y cumplir con la normativa medioambiental y de sostenibilidad, sino verificar la validez de decisiones y acciones, implementadas con el objetivo de disminuir la contaminación y mejorar la calidad acústica y de aire, como el cierre de una zona al tráfico rodado.
Estas herramientas permiten monitorizar y analizar diversos parámetros que afectan a la gestión y conservación de los recursos turísticos.
Boyas inteligentes para mejorar la salud de los mares y la calidad del agua de baño
Si ponemos el foco en las zonas costeras el incremento progresivo de la actividad náutica en dichas zonas contribuye al riesgo de empeoramiento de la salud de los mares y océanos, la cual está intrínsecamente ligada a la nuestra ya que los organismos marinos producen compuestos químicos únicos con aplicación en la industria farmacéutica y la biotecnología.
Además, con el aumento de la acidez del océano disminuye su capacidad de absorber CO2 de la atmósfera, y limita su efecto moderador del cambio climático.
Las boyas inteligentes permiten medir distintos parámetros del agua de baño mediante sensores dispuestos en boyas marinas. Su objetivo es facilitar la reducción de los problemas derivados del fondeo masivo de embarcaciones como la degradación del litoral, la contaminación de las aguas y el incremento de residuos.
Mediante un concentrador la boya es capaz de enviar la información recopilada por los sensores a una plataforma que luego los gestores podrán compartir con los visitantes para conocer la calidad de las aguas de baño.
Preservación activa del patrimonio cultural
Por último, existen también soluciones de sensorización que permiten abordar la problemática de la conservación del patrimonio cultural. Para ello, las ciudades pueden tomar determinadas medidas como establecer visitas controladas en áreas sensibles, planificación de itinerarios, etc. usando soluciones de medición de aforo y utilizando los datos obtenidos para la planificación.
Pero existen además otras alternativas tecnológicas que permiten enfocarse en la preservación activa de los bienes culturales, respondiendo de manera proactiva ante posibles amenazas y aplicando medidas preventivas mediante la planificación basada en datos.
Las soluciones tecnológicas permiten actuar de forma proactiva ante posibles amenazas y aplicar medidas preventivas basadas en datos.
Así, mediante el despliegue de sensores inalámbricos y/o cableados según las necesidades, se registra cualquier parámetro medible: valores de temperatura, humedad, iluminación, presencia, vibración, inclinación, radiación solar, etc., y se envía a través de la plataforma a la base de datos. Allí se analizan de forma continua, detectando instantáneamente aquellos valores que ponen en peligro la conservación del bien o que no son adecuados para lograr una gestión eficaz. Estas herramientas permiten además generar alarmas automáticas que alertan de situaciones especialmente preocupantes.
Las ganas de viajar y las posibilidades y medios para hacerlo son cada vez mayores y no parece que la tendencia al alza del sector vaya a cambiar en los próximos años. La globalización y la tecnología han sido factores fundamentales en su impulso a nivel mundial y justamente la tecnología puede ser también la que ayude a las ciudades a impulsar un turismo respetuoso con el ecosistema y la cultura, y concienciar a los visitantes de la importancia de su colaboración.