La empatía digital avanzada: cuando la tecnología aprende a cuidar

27 de octubre de 2025

Vivimos en una época en la que la cercanía ya no siempre requiere una presencia física, ya que la tecnología y la experiencia, acelerada en los últimos años, nos ha enseñado que es posible estar conectados incluso en la distancia.

Cuando hablamos de salud, cada segundo cuenta, pero también cada silencio, cada cambio en la rutina y cada gesto ignorado. Aunque no siempre seamos conscientes, estamos las 24 horas del día generando nuestros propios datos.

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿y si la tecnología pudiera escuchar e interpretar lo que muchas veces no se verbaliza, pero sí estamos generando?

La tecnología nos ha enseñado que es posible estar conectados incluso en la distancia.

Todos sabemos que la combinación de IoT, Inteligencia Artificial y conectividad avanzada ya permite desarrollar dispositivos y plataformas capaces no solo de aprender de forma reactiva, sino también de detectar, analizar y, sobre todo, anticiparse proactivamente a posibles reacciones de nuestro cuerpo cuando más lo necesitemos.

Qué es la empatía digital avanzada

Y es precisamente en esta evolución y contexto, donde surge un nuevo concepto: la empatía digital avanzada. Un enfoque que va más allá de la simple monitorización para aspirar a una tecnología capaz de comprender el contexto humano, las emociones y los valores que hay detrás de cada dato.

El futuro no sólo va a depender de sensores o algoritmos, sino de esa capacidad de interpretar la información con propósito y sensibilidad, debemos de abrir paso a una ética algorítmica que convierta la tecnología en un aliado para alcanzar el pleno bienestar.

Esta capacidad no reemplazará la humanización del cuidado, sino que la va a potenciar, haciendo que quienes necesitan ayuda la reciban de forma más rápida, flexible y personalizada.

La empatía digital avanzada aspira a una tecnología capaz de comprender el contexto humano, las emociones y los valores que hay detrás de cada dato.

Si volvemos al presente, a día de hoy, ¿cuáles son los retos que tenemos como sociedad para alcanzar esa empatía digital avanzada?

  • Envejecimiento poblacional y enfermedades crónicas: cada vez más personas viven más años, lo que implica un mayor riesgo de deterioro, dependencia y situaciones de urgencia que podrían evitarse.
  • Soledad no deseada: no significa únicamente estar solo, sino sentirse desconectado, invisible o sin un apoyo emocional real. Muchas personas encuentran en su hogar el lugar donde se sienten más seguras, pero esa misma comodidad puede derivar, sin quererlo, en una forma de aislamiento social.
  • Barreras de acceso y largos tiempos de espera: muchas veces, lo que falta es no sólo atención sanitaria, sino acompañamiento emocional, verificación del estado e intervención temprana de los especialistas.
  • Sobrecarga del sistema sanitario: hospitales saturados, desplazamientos innecesarios, recursos desperdiciados. Se necesita eficiencia y prevención, no sólo curar.

Tecnologías al servicio del cuidado humano

Para que estos dispositivos aprendan a escuchar verdaderamente y aporten el cuidado necesario, se tienen que apoyar en otras áreas para que todo sea la suma de un todo y tenga realmente sentido. Estas son:

  • Sensores adecuados y cobertura fiable: que los dispositivos capten los datos correctos (movimiento, signos vitales, variaciones fisiológicas, rutinas) y que la red (5G, NB-IoT, LTE-M, etc.) garantice conectividad continua.

    Telefónica Tech ofrece conectividad IoT gestionada y plataformas como Kite, que soportan estas tecnologías.
  • Procesamiento en tiempo real e inteligencia artificial: la IA pueda detectar anomalías con los umbrales correctos, ajustados individualmente y de forma personalizada.
  • Integración con profesionales y cuidadores humanos: los dispositivos pueden avisar, sugerir, acompañar, pero el cuidar debe implicar personas: médicos, enfermeros, familiares.

    Plataformas de eHealth de Telefónica Tech trabajan en la interoperabilidad para que estos actores puedan ver los datos, responder y actuar en la mayor brevedad posible.
  • Privacidad, consentimiento y usabilidad: la empatía digital exige ética, es decir, transparencia en lo que se recopila, cómo se usa y quién accede.
El verdadero valor surge cuando la tecnología, las personas y los datos se integran como la suma de un todo al servicio del cuidado humano.

Retos pendientes para una empatía digital real

Lograr que la tecnología entienda, acompañe y cuide a las personas requiere más que de innovación; implica resolver desafíos sociales, regulatorios y humanos que todavía pueden marcar el ritmo del cambio.

Por esto mismo y, a pesar de los grandes avances tecnológicos mencionados, aún existen varias barreras que debemos superar para alcanzar entre todos una verdadera empatía digital avanzada.

  • Regulación sanitaria y legal: los dispositivos médicos están sujetos a normativas estrictas, especialmente los que hacen diagnósticos. Hay que asegurar certificaciones, estándares, etc.). Esta debe ser ágil y equilibrada
  • Brecha digital: acceso desigual a dispositivos, usabilidad aún no homogénea, familiaridad con la tecnología.
  • Inmersión de lo humano: empoderar tanto al paciente como al cuidador, evitar que la tecnología sea impuesta.

La empatía digital avanzada no es ciencia ficción, es la convergencia de tecnología, humanidad y un propósito común.

En Telefónica Tech ya estamos demostrando que dispositivos que escuchan pueden marcar la diferencia para quienes más lo necesitan. No se trata de sustituir el cuidado humano, sino de multiplicarlo y perfeccionarlo.

La empatía digital avanzada es la convergencia de tecnología, humanidad y un propósito común.

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